Saturno devorando a un hijo
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Saturno devorando a un hijo |
El cuadro Saturno devorando a un hijo es una de las pinturas al óleo sobre revoco que formó parte de la decoración de los muros de la casa que Francisco de Goya adquirió en 1819 llamada la Quinta del Sordo y, por tanto, pertenece a la serie de las Pinturas negras.
La obra, junto con el resto de las Pinturas negras fue trasladada de revoco a lienzo en 1873 por Salvador Martínez Cubells por encargo de Frédéric Émile d’Erlanger,[1] un banquero belga, que tenía intención de venderlas en la Exposición Universal de París de 1878. Sin embargo, las obras no atrajeron compradores y él mismo las donó, en 1876, al Museo del Prado, donde actualmente se exponen.
El fresco ocupaba un lugar a la izquierda de la ventana, en el muro del lado este, opuesto a la entrada del comedor del piso bajo de la Quinta del Sordo.
Representa al dios Crono, como es habitual indiferenciado de Chronos, o (Saturno en la mitología romana), en el acto de devorar a uno de sus hijos. La figura era emblema alegórico del paso del tiempo, pues Crono se comía los hijos recién nacidos de Rea, su mujer, por temor a ser destronado por uno de ellosSUS HIJOS
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